jueves, 11 de junio de 2009

Queremo de sabé.

¿Les suena?
"no nos creemos la versión oficial", "queremos saber", "no a los culpables sin pruebas", "queremos saber quien lo planeo", "La policía no ha hecho su trabajo y ha destruído pruebas".
¿los conspiranoicos del 11-M?. No, uno de los padres de las niñas de Alcasser.
Creo que todos recordamos aquel crimen, 3 niñas, menores de edad, de nombres Miriam, Toñi y Desiree desaparecen y poco después son encontradas muertas, con evidentes signos de abuso sexual y de torturas inimaginables.
El padre de una de ellas, se pasó meses y meses de plató en plató de televisión. Le prestó especial atención un ¿periodista? llamado Pepe Navarro en un programa que no recuerdo si era "Esta noche cruzamos el missisipi" o "la sonrisa del pelícano". Llamó de todo a la policía, la fiscalía, el gobierno, la prensa, etc etc. Se inventó teorías conspirativas, simplemente porque no quería aceptar la verdad, un par de yonkis habían secuestrado a su hija, le habían hecho de todo y la habían matado.
Algo así se han dedicado a hacer durante estos años algunos periodistas de la derecha más recalcitrante de este país. Casi casi las mismas frases, la misma sospecha sobre las pruebas y las mismas preguntas, con respecto al atentado del 11-M. Este caso, de todos modos es, si cabe, mucho peor. El de las tres niñas era entendible por el dolor mal canalizado de un padre incapaz de asumir una pérdida. Este, simplemente viene motivado por el ansia de quitar, con métodos antidemocráticos a un gobierno elegido democráticamente.

Han tenido que pasar 16 años para que se hiciera justicia. Para que las personas injustamente calumniadas hayan podido ver una sentencia que en una ínfima parte les puede devolver su calma. Ese padre ha sido condenado a casi 15.000 euros de multa y a indemnizar a los calumniados e injuriados con una cantidad que asciende a 270.000.
Lo peor es que ahora sabemos que ese es el precio de machacar a las personas e instituciones. Es más, aunque tanto Pedro J Ramírez, como Federico Jiménez Losantos fuesen condenados a estas cantidades, seguiría siendo negocio difamar. Han ganado mucho más con sus calumnias.
Es cierto que el tribunal constitucional, en la colisión entre el derecho a la información y el derecho al honor y la propia imágen, tradicionalmente se ha decantado por la protección del derecho a la información. Quizás es tiempo de empezar a legislar con más dureza este tipo de comportamientos.

1 comentario:

Jesús Fernández Diez dijo...

Lo peor de todo es que los Pedro J. y los Losantos no han ganado gran cosa ya con su comportamiento belicoso solo pierde la credibilidad de las instutuciones, y eso, aunque dentro de su miopía no lo entiendan, afecta a la convivencia de toda la sociedad, a ellos también.

No creo que sea una cuestión de legislar más dentro de esa imparable espiral latina de pedir que todo se legisle para poder despues saltarse la norma, o de pedir que exista una autoridad superior que ponga fin a todos las desfeitas, creo más bien que es una cuestión de que la sociedad madure y aisle progresivamente a este tipo de impresentables ¿cómo? está claro que es un problema complejo, abordable desde de multitud de vertientes que no se ciñe únicamente a España, baste ver los resultados de la extrema derecha en varios países europeos, ahora, estoy contigo en que algo hay que hacer para detener estos comportamientos.

Saúdos.