sábado, 19 de marzo de 2011

Sortu

En agosto del 2002, hace casi ya 10 años, la abogacía del estado elevó un informe en el que se hablaba de la posibilidad de ilegalizar entonces a lo que se llamaba Herri Batasuna y Batasuna.
Además de desgranar los entresijos de la ley de partidos y hablar de Derecho comparado (en el que luego me detendré) explica que la ley dice que se tendrá en cuenta la trayectoria de los partidos políticos para instar su ilegalización.
Para demostrar que HB o Batasuna es lo mismo que ETA, no recurre a análisis alambicados, simplemente reproduce declaraciones de sus dirigentes. Como por ejemplo:
“negociar con HB es lo mismo que negociar con ETA” (Juan Cruz Idígoras, alias Jon Idígoras)
“HB es un movimiento de liberación nacional y ETA la punta de lanza de dicho movimiento”. (Iñaki Esnaola)
“ETA no es ningún poder fáctico, ETA somos nosotros” (Iñaki Esnaola).
Además, el 1 de Diciembre de 1987 el Tribunal Supremo condena a cada uno de los 23 integrantes de la Mesa NAcional de HB por colaboración con banda armada, ya que como video electoral utilizan un vídeo realizado y firmado por ETA.

Bien, cuando es encarcelada la Mesa Nacional, forman una gestora provisional que el 14 de febrero, en Berriozar se reune y eligen una nueva dirección en la que son elegidos como máximos responsables Arnaldo Otegui y Joseba Permach. Esa gestora, decide cambiar el nombre de la coalición por “Euskal Herritarrok”. El 25 de noviembre presentan ante notario los estatutos constitutivos del partido.
Cuando es ilegalizada EH, se presenta “Batasuna” y no cabe ninguna duda de que es la continuación de EH, ya que en la propia Página web de EH dice que Batasuna ha recogido el testigo de EH y que EH se integra en batasuna.

Posteriormente, se integran en partidos ya anteriormente formados, algunos que llevaban sin actividad desde la transición, como Acción Nacionalista Vasca, o el Partido Comunista de las Tierras vascas.
Bien. En un principio, HB y EH, son ilegalizados precisamente por lo que ellos mismos dicen, porque “ETA no es ningún poder fáctico, ETA son ellos”. Para la ilegalización de las sucesivas marcas no hay que demostrar que son ETA, simplemente hay que demostrar que son la continuación con otro nombre de HB.

Parece fuera de toda duda que Sortu es una continuación con otro nombre de HB, con lo que ni siquiera habría que entrar en si son instrumento de ETA o no lo son. Desde el momento en el que ellos se autodenominan la Izquierda Abertzale y hablan en nombre de Sortu los integrantes de HB-Batasuna, es evidente que Sortu es Batasuna con otro nombre y por tanto una maniobra para burlar la suspensión de actividades dictada por el Supremo.

Por tanto, aquí el problema no es tanto si dicen “por imperativo legal, condeno la violencia”. El problema real para su legalización es si son la continuación de Batasuna o no lo son. Es por ello que en sus declaraciones públicas, los mandatarios de Sortu se decican a decir que son un proyecto nuevo, que no son continuación de nada.
Esto nos plantea un problema político. Si son un proyecto nuevo, si no son continuación de nada, entonces no podemos decir que son “la izquierda abertzale tradicional” o “la izquierda abertzale oficial”. No, son un proyecto nuevo. Esto, evidentemente no nos lo creemos nadie, básicamente porque sus estatutos los ha redactado el abogado de Batasuna (Iñigo Iruín) porque lo presentó la última mesa nacional de Batasuna, etc. Pero, si son un partido nuevo ¿por qué estamos tan contentos de que hayan roto con ETA? Nadie ha roto con ETA.

Por eso, el debate político va por un lado y el debate jurídico va por otro. El debate político habla de si es oportuno o inoportuno que el brazo político de ETA pueda entrar en las instituciones y empujar a ETA para que se baje del monte. El debate jurídico es: Si Sortu es Batasuna, no puede ser legal.

Por último, está el extraño complejo por parte del estado español de que si batasuna no está en las instituciones parece que nuestra democracia no es plena.
Pues veamos lo que pasa a nuestro alrededor:
En Alemania, la ley fundamental de Bonn, dice en su artículo 21.2 que son inconstitucionales los partidos que por sus fines o por el compportamiento de sus miembros tiendan a desvirtuar o eliminar el ordenamiento constitucional democrático liberal o a poner en peligro la existencia de la República Federal de Alemania. Y han hecho uso de este artículo para ilegalizar al SRP, al que declaró sucesor del NSDAP de Hitler y al KPF, Partido comunista alemán vinculado al SED, al antiguo partido comunista de Alemania Oriental.
En la sentencia, el tribunal constitucional Alemán dice: “un partido es inconstitucional cuando pretende erosionar valores superiores del EStado constitucional liberaldemocrático que la ley Fundamental considera fundamentales” .”la declaración de inconstitucionaliudad no es una sanción penal, es una medida preventiva básica que pretende asegurar la permanencia del sistema democrático”.
Es decir, según el TC alemán, se ilegaliza a estos partidos para defender al sistema democrático.
En lo que respecta a asociaciones políticas, son bastante más “expeditivos”. Desde 1980 se han ilegalizado 23 asociaciones políticas, como “skinnheads sachsische schwwirs” (sss) o Blood and Honnor. En el caso de que estas asociaciones solo tengan actividad en un Lander, basta con que lo decrete el “consejero de interior” de ese Lander. Si tienen actividad federal lo puede ilegalizar el ministro del Interior. Es decir, para ilegalizar a asociaciones de este tipo ni siquiera lo tiene que hacer el poder judicial o el consejo de ministros.

En Francia es también el poder ejecutivo quien tiene la potestad de ilegalizar partidos. Y la verdad es que no se han cortado mucho a la hora de utilizar esa potestad:
En 1970 ilegalizan la Jeunesse Communiste et Révolutionnaire y el Parti Communiste International.
En 1973 el Servicio de Acción Cívica y el grupo político “Ordre Nouveau”
En 1980 La Federation d´action Nationale et Europeenne (FANE)
en 1982 Action Directe
en 1983 el Frente de Liberación Nacional Corso.
en 1987, Iparretarrak, la versión francesa de HB
en 1993 dos asociaciones pro-Kurdas.
En 2002 un militante de Unite Radicale intenta asesinar al Presidente de la República y eso hace que se ilegalice ese partido.

parece que en nuestro país somos bastante garantistas a la hora de ilegalizar a un partido, ¿Verdad?
En definitiva. La carga de la prueba la tiene Sortu. La democracia ha demostrado que Batasuna y sus posteriores marcas son ETA, y si quieren jugar al juego democrático, son ellos los que tienen que demostrar que han dejado de ser ETA.

Para ello, la simple condena de la violencia, es una muestra, es un requisito, pero no debe de ser la única prueba que esta agrupación tenga que aportar para su legalización. Después de 50 años de muerte, chantaje y terror tampoco parece que pidamos tanto.

PD, los datos que he reflejado aquí han sido extraidos del informe de la abogacía del estado de 12 de agosto de 2002