jueves, 25 de junio de 2009

Defender los derechos de todos

Sobre la discriminación.

A lo largo de toda la historia ha habido muchos colectivos que han sido discriminados. Desde los más extremos como el genocidio Nazi sobre los judíos o el genocidio sobre los Armenios hasta los más próximos a nuestra civilización, como la discriminación que sufren los homosexuales, las religiones minoritarias o los discapacitados.
Un patrón que se repite es que las discriminaciones duran menos cuanto más visible es capaz el discriminado de aparecer.
Nadie duda que durante la dictadura, por ejemplo, los homosexuales, o los testigos de jehova fueron discriminados, encarcelados e incluso torturados. Asimismo los masones eran fusilados o simplemente los demócratas.
En estos 30 años de democracia se ha conseguido que esto cambie mucho. Hoy poca gente puede defender ya que el colectivo gay sea discriminado dentro de la economía española o que los masones sean discriminados más allá del puro prejuicio por gente con escasa formación.
En los discapacitados... la realidad va por barrios.
Los discapacitados sensoriales, hicieron una labor absolutamente magnífica asociándose y desde los primeros tiempos con su cuponcito (de la once) hasta hoy, han conseguido montar una red asistencial magnífica. Por supuesto que queda mucho por andar, pero el camino recorrido ha sido increíble.
Los discapacitados físicos, también, han conseguido que todas las aceras del país se adapten, que todos los edificios públicos se hagan accesibles que en todos los locales de nueva creación sea necesaria la instalación de rampas... En definitiva, otro avance impresionante, aunque en esto también quede mucho por hacer.

Pero nuestra asignatura pendiente siguen siendo los discapacitados psíquicos. Los físicos pueden agruparse, asociarse, reclamar sus derechos. Los sensoriales también, desgraciadamente los discapacitados psíquicos no. Todo lo más, sus familiares. Hay asociaciones de familiares de autistas, asociaciones de familiares de síndrome de down, etc. Gente que tiene sus trabajos, que además tiene que atender a su familiar discapacitado y en el poco tiempo que le queda, puede pensar en asociarse para defender los derechos de sus familiares.
Yo lo viví en primera persona cuando colaboraba con la asociación arcea-adames. Aquí no hay prácticamente nada hecho, son los grandes olvidados.
Y si lo son en el medio urbano, ni quiero contar cómo está el medio rural. Nos encontramos a chicos encerrados en habitaciones, encadenados (literalmente), en situaciones durísimas.
Aquí reclamo la máxima atención del estado y por supuesto de mi partido. Como socialistas que somos, primero tenemos que garantizar los derechos básicos DE TODOS, y eso no se cumple con los discapacitados psíquicos. Perdonad, pero después de vivir estas cosas, las supuestas marginaciones sociales de gays, testigos de jehová o masones, me parecen un poquito menos urgentes de solucionar.

Por último os dejo un vídeo de un bautismo de buceo que hicimos a nuestros chicos de arcea-adames.

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