miércoles, 31 de marzo de 2010

Desde Euskadi con esperanza.

Estos días he aprovechado para hacer una visita a buenos y grandes amigos en Euskadi.
Me he encontrado con sorpresas y algunas que no tanto.
En primer lugar, la primera novedad es el cambio de "fachada" de las ciudades vascas. La nueva política de interior de tolerancia cero con los espacios de impunidad, los carteles de exaltación a los terroristas y las pintadas amenazantes ha sido todo un éxito.
Se comenta que se ha realizado siguiendo el modelo (y el consejo) del ayuntamiento de Portugalete, que lleva años haciéndolo.
Llega un momento, cuando uno lleva mucho tiempo allí, que ya no ves las pintadas, los carteles, las banderas. Lo que sí se nota es un ambiente sucio, de opresión, como de amenaza. Todo esto se ha terminado. Al caminar por las calles de Bilbao se respira una nueva libertad.
Por otro lado, se empieza a ver una cierta esperanza de que al fin, la alcaldía de Bilbao pase a manos no nacionalistas. En anteriores elecciones, (salvo las municipales) el PSE-EE y el PNV tienen unos resultados parecidos. El factor determinante de la victoria nacionalista es el alcalde Azkuna, que él solo mete a 3 o 4 concejales a mayores por su propio carisma. El cambio se produce ahora porque parece ser que EB-IU se va a quedar fuera del consistorio, con lo cual, la única manera de que revalide el mandato el señor Azkuna es que saque una mayoría absoluta, cosa no demasiado segura.
El problema de la oposición en Bilbao es que el bilbaino (en trisílabo) está muy orgulloso de su ciudad y por tanto es difícil hacer oposición sin que te califiquen de anti-bilbaino. Ante esto, la estrategia de Txema Oleaga de centrarse en las carencias que tienen cada uno de los barrios parece la más acertada.

Por último, el gobierno vasco está funcionando como una máquina bien engrasada. Con unos consejeros y viceconsejeros de perfil muy definido, con muchas ganas de gobernar y con una capacidad de trabajo indudable.
Por supuesto, mención aparte merece Rodolfo Ares, que a fecha de hoy es uno de los políticos mejor valorados de este país. (permítanme una maldad, dentro del gobierno vasco le llaman el hombre-orquesta). Rodolfo está consiguiendo transformar la Ertzantza en un cuerpo policial moderno, vencer las reticencias y racionalizar los servicios de escolta que se realizaban en el país vasco sin orden ni concierto.
También cabe felicitar a Antonio Basagoiti. Lejos de ceder a las presiones que está recibiendo de su partido, está demostrando un sentido de estado poco común en su agrupación política.

No me cabe duda de que Patxi repetirá Lehendakaritza. Y tampoco me cabe duda de que subirá en las municipales y en las autonómicas.

Cada vez que voy a Bilbao vuelvo con un chute de buen socialismo.